Historia

El Grupo de Espeleología FLASH es una asociación deportiva sin ánimo de lucro cuyo objeto es la práctica y fomento de la espeleología entre sus asociados, inscrita en el Registro de asociaciones deportivas de la Comunidad de Madrid y adscrita a la Federación Madrileña de Espeleología. Asimismo amplía sus contenidos deportivos con otras actividades de carácter cultural, científico o recreativo.

Los socios, federados en la Federación Madrileña de Espeleología (FME), nos reunimos periódicamente. Todos los miembros federados cuentan con su correspondiente seguro de accidentes contratado por la FME según la Ley del Deporte de la Comunidad de Madrid 15/1994. Asimismo, el club cuenta con un seguro de responsabilidad civil a cargo de Markel International Insurance Company LTD a través de la FME.

El G.E. FLASH dispone de todo el material necesario para la práctica espeleológica que es periódicamente revisado y que cumple la normativa vigente en materia de seguridad. Este material incluye cuerdas, anclajes, conectores, material de transporte, de topografía y demás, el cual es almacenado de manera ordenada y está disponible para sus socios. También disponemos de una amplia biblioteca relacionada con la espeleología.

Desde 1979 en el G.E. FLASH llevamos desarrollando actividades relacionadas con la espeleología que abarcan distintas vertientes.

40 años de historia

 Los inicios de este grupo de espeleología se enmarcan en aquellos tiempos en los que algunos recordarán cómo se empezó a practicar la espeleo, en aquellas salidas a la zona de la Cueva del Reguerillo, andando desde el puente de Uceda, donde nos dejaba el autobús, cargados con las escalas, las cuerdas y el resto del material… Más de uno tuvo que robar algún casco en las obras para hacerse una instalación casera sujetando una linterna de petaca con cinta aislante… Y los más afortunados que tenían carburera, con un tubo de cobre, una boquilla y una chapa de lata de conserva para que no se quemase el casco.

 A principios de los años 70, un grupo de jóvenes entusiastas de las cuevas y la arqueología se unieron en el Grupo de Espeleología del Sindicato Hermandades del Trabajo (GESHHT). Realizaron numerosas actividades en la zona centro, dignas de mención, muchas de las cuales se reflejan en los tres tomos de las “Memorias GESHHT”, con numerosas topografías de gran detalle de cavidades de Madrid y Segovia.

Tras la disolución del GESHHT, varios de sus miembros junto con nuevas incorporaciones, crearon en 1979 el Grupo de Espeleología Flash (G.E. Flash), pensando en seguir haciendo “turismo y fotografía” por el mundo espeleológico, de ahí su nombre. Durante esos años estuvimos federados en el Comité Castellano Centro de Espeleología (C.C.C.E.), en la vocalía de conservación de cavidades. En esta situación funciona el Flash, hasta que la ley del deporte de 1983, nos obliga a redactar unos estatutos y a legalizar el grupo el 21 de febrero de 1983. En esos años, las reuniones se realizaban un día a la semana en casa de Snoopy (Adolfo Molina), y se alternaban con otras en el Bar Sokoa, en el Bar Los Segovianos o en el Bar La Parra (el bar de Serafín), sobre todo en épocas de buen tiempo, hasta que se consiguió un local en esa zona, concretamente en la Avenida de los Poblados, el cual se compartía con un grupo de Scouts. También en esos años el grupo se integra en la Federación Madrileña de Espeleología, de reciente creación, participando activamente en las nuevas comisiones de Escuela y Espeleosocorro. Además, se realizó una actividad reseñable, como fue el trabajo de cerrar la entrada artificial del segundo piso de la Cueva del Reguerillo para proteger el yacimiento de huesos de osos, en diciembre de 1984 y marzo de 1985, aunque fue forzado repetidas veces y no llegó al año.

 En los años siguientes el grupo realiza actividades frecuentes en Madrid, Soria, Guadalajara, Cuenca, Segovia y Cantabria. La Federación le asigna la zona de exploración de las hoces del río Riaza, en Montejo de la Vega. Después de estos primeros años de euforia y frenética actividad, el grupo pasa por unos años de calma hasta que vuelve a activarse a finales de los años 80. Así, llegó el momento de ser más serios: se organizaron actividades de gran nivel para la época, se participó en varios simulacros y rescates, se comenzó a explorar en Picos de Europa, donde se organizaba una campaña cada verano formando un interclub junto con otros clubes amigos, que continúa hasta nuestros días… Y para colmo, nos metimos en política: un presidente en la Federación Española y Europea, dos presidentes en la Madrileña…

 A partir de entonces, el grupo ha tenido los habituales picos y valles de actividad. En tiempos más modernos, distintas personas y grupetes lo han ido dinamizando: Full Equipe, Equipo de la Muerte, Slow Team, etc., gracias a las incorporaciones que ha habido más o menos regularmente, sobre todo desde los cursos y actividades de iniciación a la espeleología que se han ido realizando (recientemente se realizó la número veinte…). Mientras tanto, hemos pasado por otro local más (Mirueña), hasta recalar en 2011 en la Asociación de Vecinos de Aluche (AVA), siempre por el barrio. Pero en 2022, por primera vez, el grupo se traslada fuera de Aluche, estableciendo su sede en los locales de la Agrupación Extremeña de Alcorcón.

 El espíritu, heredado de aquellos enormes hombres barbudos tomando cerveza sin parar que se reunían todos los martes, sigue siendo el mismo: salir de cuevas, explorar, compartir… Y que en el Flash se toman buenas decisiones, o así debe de ser, porque todo, absolutamente todo se vota. Que en el Flash sus miembros se divierten. Que en el Flash sus socios siguen siendo amigos sin un plan a largo plazo. Y que en el Flash siguen sin pensar en qué pasará dentro de cuarenta años.

 Y habiendo llegado hasta aquí, nos damos cuenta de los muchos que con su presencia han construido el Flash. Cada uno de ellos ha aportado al grupo y a la espeleología en general ese pequeño detalle que nos hace ser diferentes de otros grupos de espeleología, aunque compartamos muchas cosas con ellos. De entre todos, queremos recordar especialmente, y con ánimo de no menospreciar a nadie, a dos que generosamente nos enseñaron todo lo que sabían, nos tutelaron cuando hubo que hacerlo, y nos regalaron su amistad: a José Luis Mateos “Enano” y a Miguel Ángel Blanco “Lobo”.

Basado en textos de Ricardo Uña  y Luis Fernando Estrada

 Los inicios de este grupo de espeleología se enmarcan en aquellos tiempos en los que algunos recordarán cómo se empezó a practicar la espeleo, en aquellas salidas a la zona de la Cueva del Reguerillo, andando desde el puente de Uceda, donde nos dejaba el autobús, cargados con las escalas, las cuerdas y el resto del material… Más de uno tuvo que robar algún casco en las obras para hacerse una instalación casera sujetando una linterna de petaca con cinta aislante… Y los más afortunados que tenían carburera, con un tubo de cobre, una boquilla y una chapa de lata de conserva para que no se quemase el casco.

 A principios de los años 70, un grupo de jóvenes entusiastas de las cuevas y la arqueología se unieron en el Grupo de Espeleología del Sindicato Hermandades del Trabajo (GESHHT). Realizaron numerosas actividades en la zona centro, dignas de mención, muchas de las cuales se reflejan en los tres tomos de las “Memorias GESHHT”, con numerosas topografías de gran detalle de cavidades de Madrid y Segovia.

Tras la disolución del GESHHT, varios de sus miembros junto con nuevas incorporaciones, crearon en 1979 el Grupo de Espeleología Flash (G.E. Flash), pensando en seguir haciendo “turismo y fotografía” por el mundo espeleológico, de ahí su nombre. Durante esos años estuvimos federados en el Comité Castellano Centro de Espeleología (C.C.C.E.), en la vocalía de conservación de cavidades. En esta situación funciona el Flash, hasta que la ley del deporte de 1983, nos obliga a redactar unos estatutos y a legalizar el grupo el 21 de febrero de 1983. En esos años, las reuniones se realizaban un día a la semana en casa de Snoopy (Adolfo Molina), y se alternaban con otras en el Bar Sokoa, en el Bar Los Segovianos o en el Bar La Parra (el bar de Serafín), sobre todo en épocas de buen tiempo, hasta que se consiguió un local en esa zona, concretamente en la Avenida de los Poblados, el cual se compartía con un grupo de Scouts. También en esos años el grupo se integra en la Federación Madrileña de Espeleología, de reciente creación, participando activamente en las nuevas comisiones de Escuela y Espeleosocorro. Además, se realizó una actividad reseñable, como fue el trabajo de cerrar la entrada artificial del segundo piso de la Cueva del Reguerillo para proteger el yacimiento de huesos de osos, en diciembre de 1984 y marzo de 1985, aunque fue forzado repetidas veces y no llegó al año.

 En los años siguientes el grupo realiza actividades frecuentes en Madrid, Soria, Guadalajara, Cuenca, Segovia y Cantabria. La Federación le asigna la zona de exploración de las hoces del río Riaza, en Montejo de la Vega. Después de estos primeros años de euforia y frenética actividad, el grupo pasa por unos años de calma hasta que vuelve a activarse a finales de los años 80. Así, llegó el momento de ser más serios: se organizaron actividades de gran nivel para la época, se participó en varios simulacros y rescates, se comenzó a explorar en Picos de Europa, donde se organizaba una campaña cada verano formando un interclub junto con otros clubes amigos, que continúa hasta nuestros días… Y para colmo, nos metimos en política: un presidente en la Federación Española y Europea, dos presidentes en la Madrileña…

 A partir de entonces, el grupo ha tenido los habituales picos y valles de actividad. En tiempos más modernos, distintas personas y grupetes lo han ido dinamizando: Full Equipe, Equipo de la Muerte, Slow Team, etc., gracias a las incorporaciones que ha habido más o menos regularmente, sobre todo desde los cursos y actividades de iniciación a la espeleología que se han ido realizando (recientemente se realizó la número veinte…). Mientras tanto, hemos pasado por otro local más (Mirueña), hasta recalar en 2011 en la Asociación de Vecinos de Aluche (AVA), siempre por el barrio. Pero en 2022, por primera vez, el grupo se traslada fuera de Aluche, estableciendo su sede en los locales de la Agrupación Extremeña de Alcorcón.

 El espíritu, heredado de aquellos enormes hombres barbudos tomando cerveza sin parar que se reunían todos los martes, sigue siendo el mismo: salir de cuevas, explorar, compartir… Y que en el Flash se toman buenas decisiones, o así debe de ser, porque todo, absolutamente todo se vota. Que en el Flash sus miembros se divierten. Que en el Flash sus socios siguen siendo amigos sin un plan a largo plazo. Y que en el Flash siguen sin pensar en qué pasará dentro de cuarenta años.

 Y habiendo llegado hasta aquí, nos damos cuenta de los muchos que con su presencia han construido el Flash. Cada uno de ellos ha aportado al grupo y a la espeleología en general ese pequeño detalle que nos hace ser diferentes de otros grupos de espeleología, aunque compartamos muchas cosas con ellos. De entre todos, queremos recordar especialmente, y con ánimo de no menospreciar a nadie, a dos que generosamente nos enseñaron todo lo que sabían, nos tutelaron cuando hubo que hacerlo, y nos regalaron su amistad: a José Luis Mateos “Enano” y a Miguel Ángel Blanco “Lobo”.

Basado en textos de Ricardo Uña  y Luis Fernando Estrada

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