El sábado estuvimos Edú, Richy, Hevia, Marta, Pirata y Cali en la cueva de Fuentemolinos, en Puras de Villafranca (Burgos).
La cueva por sus características es extraordinaria. El piso de abajo por su “ambiente acuático”, remontando el río que se abre por una diaclasa. Y, claro está, por su conglomerados de cantos redondeados o pudingas de origen aluvial, que la han hecho famosa (6ª cueva a nivel mundial, por desarrollo, en este material).
Al subir al primer piso ya empiezan las formaciones… Y la aventurilla: trepadas por coladas y bloques, cuerdas de nudos, desfondados… hasta alcanzar unos pasamanos de cable, antesala del 2º piso.
Para acceder al 2º hay una trepada bastante expuesta (ahora hay cuerda). Este piso es idéntico al anterior (en realidad es el mismo), pero con bastantes más formaciones. Antes de que la galería termine por desfondarse directamente sobre el río, si subimos a mano izquierda alcanzaremos el “ático” o tercer piso, punto culminante en cuanto a formaciones se refieren. Y lugar donde tocaremos “fondo” contemplado los techos y paredes recubiertos de excéntricas -que hemos renombrado en esta salida como “extravagances”- y muchas bellas formaciones freáticas (en el agua) y epifreáticas (sobre el nivel del agua de los gours).
Dentro todos los pasos que tenían cierta emoción (salvo uno que bordea un desfondado) tienen cuerda. Lo que si es genuino (aunque sufren las cuerdas) es el rappel Flash, que te manda directamente del final del 2º al río.
Salimos de día y bastante contentos, unos por tener el privilegio de volver a contemplar las formaciones extraordinarias de esta cueva y los otros por haberlas descubierto en esta visita.
Visitamos el exterior de las nuevas instalaciones de la mina Pura en el mismo camino de la cavidad.
Marta