En estos meses invernales de lo que va de año, como de costumbre, nos hemos dirigido en varias ocasiones a la zona centro, con el objetivo de pasar unos buenos ratos y curtirnos espeleológicamente un poco en estas simas, para que, cuando llegue época de actividades más ambiciosas, no nos pille el toro. Que a algunos nos cuesta cada vez más recuperarnos del sedentarismo y agarrotamiento invernal…
En un soleado fin de semana del mes de enero, que resultó ser uno de los más fríos de este invierno, nos dirigimos a la zona de Villanueva de Alcorón, y visitamos la Sima de La Cierva. Valsalobre estaba solitario. Sólo encontramos unos ciervos y alguna liebre saltarina… Sin embargo, en otro finde del mes de febrero, nos debimos poner todos de acuerdo: repartidos por el bosque de Valsalobre andaban espeleos de Geológicas, Grupo Viana de Guadalajara, Grupo de Espeleosocorro de la FME, miembros de la Escuela Madrileña de la FME, los del Flash… Acabamos bajando los bonitos pozos de la Z-3. Por último, hace unos pocos fines de semana visitamos la sima SG-4 en el cañón del Río Lobos (Soria), con una cena agradable con los compañeros de Espeleominas, que se encuentran explorando la zona próxima a Santa María de las Hoyas…
Y es inevitable, cada vez que descendemos por estos pozos recordar nuestros inicios. Antes nos parecían grandes e interminables abismos.
Ahora nos siguen dando mucho respeto, aunque hayan pasado a ser actividades muy asequibles. El componente de aventura sigue existiendo y es un buen momento para practicar la técnica y otras cosas que no nos atreveríamos a probar en situaciones más comprometidas. Y aunque las sensaciones sean diferentes a las que sentíamos antaño, el espíritu vuelve a casa como siempre, con un subidón que nos mantiene felices los primeros días de la semana, mientras pensamos en la siguiente…
Que viva la espeleo castellana!!
Y me permito el lujo de dedicar este comentario a quienes me ayudaron a bajar mis primeras simas. Gracias Ricardo, Pepito, Largo y Estrada. Gracias a vosotros la MZ-21 y el Sumidero del Campo siguen teniendo para mí un encanto y un misterio que aún no se ha borrado en posteriores visitas.
Texto: Jose “Hevia”
Fotos: Richi y Fran “Cartuli”