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SorbasDespués de un lustro sin ir por Sorbas, el Flash, aprovechando el puente de La Inmaculada Concepción, marchó hacia tierras almerienses para maravillarse de nuevo con el Karst de Yesos de Sorbas. Paraíso subterráneo único. La expedición salió el Miércoles y lo formaron Gon “Limpio” ( que organizó la salida), Luis, Marta, Cali, Txema e Inma y los Senucos.

Nuestra querida Alicia nos gestionó desde Almería un espació único para pernoctar en la parcela de un amigo. Un amigo dueño de un bar curioso, surrealista… ” Bar de la 3ª edad” donde desayunaríamos y cenaríamos todos estos días “como en casa”, con un millón de anécdotas divertidísimas y muchas risas.

El jueves por la mañana nos esperaba puntual nuestro superhéroe francés. Alain nos preparó un menú digno del presidente Ronald Reagan o George Bush “padre”. Nos consta que el Chef Alain ya preparó otrora suculentos menús a grandes presidentes internacionales, pero ahora, cambiado el delantal y la sartén por el mono y el casco, lo que prepara son menús espeleológicos en una cocina de 1500 “agujeros” simplemente exquisitos.

SorbasEl primer plato que nos preparó el Chef Alain fue una visita al Sistema de La Cueva Del Agua. Junto con unos amigos del grupo de Trabajo de Sorbas, hicimos una travesía “seca” , entrando por la 21. Una maravilla llena de detalles, divertidísima, en la que hay mucho que ver… siempre con “el culo p´atras”, por si acaso.
Tras salir de la travesía y con muchas ganas de agua fresca, nos dirigimos a la surgencia de Las Viñicas, a ver la zona mojada, donde algunos valientes se pegaron un frío chapuzón.
Por la tarde-noche el Chef Alain nos mostró una de las maravillas que tiene guardadas en la cocina. Maravilla que degustamos pacientemente, con formaciones preciosas… de esas que no se olvidan.

El viernes, ya sin Alain, volvió el G.E. Flash a la Cueva del Tesoro. Uno nunca se cansará de contemplar sus largos e interminables meandros que se estrechan cada vez más, la maravillosa Galería de los Cristales, y ya por último antes de salir, la Galería de los Espejos. Volvimos a perdernos a la salida… y una vez en la higuera salimos cómo no ” por la derecha que por izquierda te despeñas”
Por la tarde, movidos en una clara dirección por una fuerza sobrenatural ( Alberto, Carmelo, Lupos), visitamos otro clásico en Carboneras: Bar La Frontera. Tubo de cerveza, atún plancha, patitas de pulpo…

El sábado, Alain, ese loco chef francés de 68 palos, que salta como un gato por las bocas de las simas, con una ilusión de un chico de 15 años, nos tenía preparado un plato fuerte.

SorbasTras quedar como los anteriores días en el “Bar El Suave”, Alain nos lleva hacia su quesito de gruyère, donde con generosidad y orgullo nos abre la puerta a sus exploraciones y descubrimientos, y nos enseña unas cavidades pequeñitas, pero con espeleotemas únicos.
Por la tarde-noche, Alain sigue encabezonado en que veamos más y más, no quiere que nos vayamos de Sorbas tal cual… que ya hubiera sido bastante. Y como quiere dejarnos boquiabiertos, este chef francés que dio de comer a unos cuantos presidentes de EEUU, nos pierde por en medio del Karst al mando de su Renault vintage, y nos mete por una sima lejana, todavía a salvo de las máquinas de la cantera … una sima de una belleza abrumadora, de una delicadeza tal que cualquier comentario faltaría a la verdad. Efectivamente, con la boca abierta nos quedamos…tuvimos la sensación de ver algo que poca gente ve. Algo delicado, algo que contar y enseñar… pero a la vez algo que proteger y cuidar.

Con la emoción nos fuimos como cada noche a cenar “a casa”, al bar de “Patt Cangrejo” , con la mejor de las compañías. Y de allí al “Ok corral”… a tomar unas copas como cada noche en la carpa de Luis, a reír recordando anécdotas pasadas… a reír creando algunas nuevas, a contar chistes.

SorbasDel Bar de Patt recordaremos a toda su parroquia. Cómo no, al mismísimo Patt, su bate y su mujer; a Bigotardo y sus patadas en el baño, a Batracio y su arte poniendo cafés, a la señora Limonero y sus cambios de look, y por encima de todos al “gran” Jaquita.

Todo esto no hubiera sido posible sin la ayuda de un montón de gente. En primer lugar, Alicia y Alain, con gente como vosotros merece la pena hacerse chorrocientos kilómetros; nuestros amigos del Grupo de Trabajo de Sorbas (que muy amablemente nos han invitado a participar en sus exploraciones), Cecilio, Juan Luis e Isa; a El Padrino, a mi amigo José y Jimena, al hombre que salvaron Cali y Alain en la carretera, al poney y a los perros comebocatas, y al turrón de crema catalana con drogaína.
A todos muchas gracias, a todos un millón de besos y cariñosísimos abrazos.

“¿Quién come en la barra más baja del bar?
es jaaquiiita!!!
es chiquitito y se va a camuflar
es jaaquiiita!!!
tiene un poney y va a cabalgar
es jaaquiiita!!!”

Senén Feito.

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